Una vela arde en
el centro de la mesa. Una sola y pobre vela. La lumbre apenas concede luz a un
círculo muy pequeño: la fuente con la cena, los platos y un poco más, no mucho.
El padre, la madre y tres hijos comen Kleis. Beben leche. Son una familia. No faltan
el pan casero elaborado por mamá ni el rezo de papá agradeciendo a Dios el
alimento recibido para completar el cuadro.
Una vela es todo
lo que hay para iluminar el hogar de esta humilde pero dichosa familia alemana
del Volga. Una vela y mucho amor.
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