Fuente: lanuevaradio.com.ar
Javier Graff, Chef y empresario
gastronómico, fue el encargado de elaborar el símbolo de la fiesta del Pueblo
Santa Maria junto a un entusiasta grupo de colaboradores. La Strudelfest, el
punto convocante del fin de semana en Santa María.
Después de la misa del domingo en la
Iglesia Natividad de María Santísima, comenzó a prepararse el Strudel gigante,
de 15 metros, lo que se constituyó en un verdadero record.
Muchas manos colaboraron, sobre todo
quienes se destacan en la cocina, bajo la mirada de Javier Graff, donde armó
una sola pieza entera de 15 metros colocada en una asadera especial que preparó
Zinguería Varela, es decir, todo un molde donde se fraccionó cada 90
centímetros para su perfecta cocción en el horno.
Comenzó a estirarse la masa ante la
atenta mirada del público, donde colaboraron todos los representantes de las
instituciones, entre 15 y 20 personas, manzanas que se pelaron y se cortaron,
azúcar, crema, todo enrollado de una con una tela, como lo hacían nuestras
abuelas, y finalmente, de manera muy prolija y minuciosa azúcar espolvoreada y
al horno de la panadería de un comercio cercano y después fraccionarlo para la
gran degustación de la tarde.
A Javier Graff se lo veía muy
entusiasmado y fue impresionante ver todos los preparativos, 20 kilos de
harina, 200 manzanas, tres docenas de huevo, en fin, una verdadera exquisitez
que se ha transformado en un record absoluto, dejando sentado un precedente que
invitara a continuar con esta fiesta que no solo refleja la tradición desde la
actividad gastronómica con un plato que propone variantes en cuanto a su elaboración,
relleno, técnicas del amasado, la atención en el momento del horneada y mas
allá de la programación oficial organizada por las instituciones de Pueblo
Santa María, en los domicilios particulares también se asociaron con almuerzos,
invitación a los amigos y familiares para visitar la localidad que presentaba
como siempre sus mejores galas, orden, limpieza, jardines y frentes de los
domicilios especialmente preparados para el recibimiento de tanta gente que
visito la colonia sábado y especialmente el domingo.
La principal atracción del publico que
comenzó a llegar por la mañana para compartir la celebración religiosa era
apreciar las modalidades utilizadas para preparar semejante cantidad de Strudel,
la pasión que se le puso a todo el dispositivo y fue como honrar a los
antesapados, rescatar un postre típico que encierra secretos, técnicas y por
sobre todas las cosas una experiencia inagotable donde al encontrarse con las
señoras que se lucen en la cocina, surgen inevitablemente las experiencias y los
mejores recuerdos de una especialidad que se degustaba y se llevaba a los
hogares donde la fiesta se prolongaba.
Ya el día “pintaba” soleado, bendito
para la realización de las actividades al aire libre y tras la misa ya había
una numerosa presencia de gente, esperando la previa y acompañando hasta el
horneada, porque a la tarde era la fracción y el convite para los visitantes.
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