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jueves, 17 de noviembre de 2016

Entrevista a Elsa Kette y Noemí Pascal, las mujeres que elaboraron el Füllsen gigante degustado en la Fülsen Fest


Las manos que elaboraron el Füllsen gigante para la “Füllsen Fest”. Un gran acontecimiento que se vivió el domingo en Pueblo San José.

Cientos de porciones pudieron degustarse el día domingo último en el marco de la Füllsen Fest, que organizaron instituciones y la comunidad de Pueblo San José, evento visitado y disfrutado por muchísima gente a lo largo de todo el día.
En el marco de la inauguración oficial, en un carro, fueron llevadas varias bandejas, entre ellas una muy larga, de 6 metros, con diferentes tipos de Füllsen: con manzana, con dulce de batata, con dulce de membrillo, con chocolate. Incluso un Füllsen sin nada de estos aditamentos, tal como se hacía en un principio: con pan oreado, leche, azúcar y huevo. Tal como se elaboraba a orillas del Río Volga por parte de las mujeres de las familias alemanas que vivieron en ese lugar de Rusia.
Quienes elaboraron esos tipos de Füllsen, que muchos pudieron degustar, fueron dos mujeres de Pueblo San José, Elsa Kette y Noemí Pascal.
Hablamos con ellas. Contaron que el día sábado cortaron el pan. Este fue un trabajo que les llevó más de 5 horas, que se trataba de cortar algo más de 80 kilos. Además se utilizaron en esta preparación las siguientes cantidades de productos: 35 kilos de crema, 3 kilos de pasas de uva, 90 litros de leche, 85 kilos de azúcar, 5 botellas de licor de banana, un cajón de manzanas verdes y un cajón de manzanas rojas. Dos kilos de dulce de membrillo, dos kilos de batata y 4 tabletas de chocolate.
El día domingo, a las 5 de la mañana, Elsa y Noemí, acompañadas por Tito, el esposo de Noemí, continuaron con la preparación.
“El domingo empezamos remojando el pan en la leche y a ponerle el azúcar. Todo el domingo a la mañana había que tenerlo horneado y listo para las 11, el horario del acto. Los tres hicimos todo eso: pelar y cortar chiquitas las manzanas, preparando el Füllsen para llevarlo a la panadería a eso de las 8 de la mañana”, contaron las mujeres.
“Hicimos dos bandejas de dulce de membrillo, dos de dulce de batata, una de chocolate, más 5 bandejas del Füllsen común que lleva sólo pan, leche, azúcar y huevo.
Además, por supuesto, del que se hizo en la bandeja grande. Todo lo que había arriba del carro lo hicimos nosotras, con la colaboración de Tito. En un momento estábamos tiradas en el suelo, revolviendo el Füllsen, porque era mucha cantidad. Uno revolvía una batea y otro en la otra. Estábamos muy ajustadas con el horario”.
“Fue muy lindo el momento de meter la asadera grande en el horno. Éramos alrededor de 10 personas, con el apoyo de los chicos que trabajan en la panadería, ayudando para meter esa gran fuente en el horno, tratando que no se doble, que no pase nada. Cuando lo logramos fue un alivio ver que ya estaba el objetivo cumplido. Era un desafío que todo saliera bien, nos teníamos mucha fe y lo logramos”.
Y vaya si lo lograron estas dos mujeres trabajadoras que elaboraron esa enorme cantidad de Füllsen, en sus diferentes variedades, que cientos de personas pudieron degustar al momento de la inauguración de la Füllsen Fest.

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